Larissa bailó, cantó y repartió besos a los espectadores desde su carroza, e indicó que bailar samba ataviada con la indumentaria que le preparó la escuela para el desfile no le permitió esta vez llevar consigo el teléfono celular que la volvió famosa en todo el mundo, por lo que un primo suyo se encargó de guardarlo en las gradas.
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